Javier Burgueño

Revoluciona la planificación
de tu jubilación.

Si quieres disfrutar de una pensión abundante,
aprende a construirte tu propia renta creciente.

Ya vas tarde, otros van muy tarde y la mayoría ni siquiera llegará a tener una jubilación decente.

Esto es algo que incomoda a mucha gente.

El sistema de pensiones está en quiebra.

Hay más pensionistas que cotizantes. 

No se trata de estar a la derecha o a la izquierda. 

Es lógica, pura matemática: falta gente. 

¡Despierta! Y coge el toro por los cuernos,

o prepárate para estar trabajando hasta los 75 u 80 años. 

La historia de un secuestro.

El 23 de agosto de 1973, el Kreditbanken de Estocolmo, fue asaltado por Jan-Erik Olsson.

El asaltante entró al banco con una metralleta, tomó a cuatro empleados como rehenes (tres mujeres y un hombre), y exigió dos cosas:

  • una gran cantidad de dinero,
  • y la liberación de Clark Olofsson, su compinche que estaba preso.

Olofsson fue llevado al banco como medida de negociación y ambos se mantuvieron atrincherados junto a los rehenes.

Cinco días después, finalizó el secuestro, sin ninguna persona herida, aparentemente.

Porque lo alucinante de esta historia es que los rehenes desarrollaron hacia sus captores, sentimientos de empatía y afecto durante su cautiverio.

Incluso, después de la liberación, algunos rehenes visitaron a sus secuestradores en la cárcel y se negaron a testificar en su contra en el juicio.

Este comportamiento basado en el afecto desmesurado que desarrollaron los rehenes respecto de sus secuestradores, en una situación de vulnerabilidad, se conoce con el nombre de Síndrome de Estocolmo.

Y la clave para desarrollar este tipo de comportamiento, no es que te secuestren, sino vivir una situación de vulnerabilidad para generar una dependencia emocional hacia tu captor junto a un sentimiento de esperanza por tu parte que te hace pensar que nadie mejor que él te puede proteger.  

Lo peor de todo es que no eres consciente de ello, porque tú también estás “secuestrado.”

¿Quién es tu captor?

El sistema de pensiones, que te captura antes de que hayas cobrado el primer sueldo, antes de que hayas emitido tu primera factura.

El sistema va capturando a empleados y autónomos antes de que hayan tenido la posibilidad de obtener sus primeros ingresos.

Una vez capturado, confías en el sistema de pensiones que te proporcionará una jubilación cómoda y segura.

Aunque existen abundantes muestras de que las pensiones públicas pueden ser insuficientes, te sigues creyendo que el sistema te cuidará.

Este apego emocional está alimentado por décadas de cotización obligatoria y la expectativa de una recompensa futura, lo que hace que minimices los riesgos evidentes: cobrar una pensión indecente o ni siquiera cobrarla.

La consecuencia de ese apego es que puedes llegar a cegarte y no contemplar que existen otras alternativas que te complementen esa paga vitalicia prometida.

El problema es que desconfías de tu propia capacidad, que no te crees que puedas generarte por ti mismo una renta que no para de crecer y que te hará sentir libre.

Sin embargo, ese, y no otro,  es tu deseo más profundo:

Vivir cuando te retires sin necesidad de dinero.

Vivir con la tranquilidad de que no te faltará de nada hasta que abandones este mundo.

Vivir así desde ahora.

Con una tranquilidad tan grande que te permite mirar al futuro con seguridad y confianza.  

Es hora de construir la vida que quieres.

Es hora de crearte desde hoy un futuro en libertad.

Todavía estás a tiempo, no lo malgastes alimentando falsas esperanzas.

La solución es invertir, no queda otra.

Invertir asumiendo menos riesgo que cuando firmaste tu hipoteca.

Invertir de una manera tan sencilla que hasta tu hijo de 9 años podría hacerlo. 

El gran inconveniente es que solo vas a tardar 20 o 30 años en construir tu renta creciente. 

¿Tanto?

Sí. Las mejores inversiones están en el largo plazo. 

Si te pone la inmediatez, lo que quieres hoy tenerlo mañana, vete a Amazon. 

Construirte tu propia renta imparable (porque no para de crecer) requiere incluso menos tiempo que los 37 años que te exige el Estado para cobrar una pensión indecente. 

Construirte tu propia renta creciente hará sentirte cada día como Benjamin Button, más joven, más saludable, más libre, porque aumenta año tras año. 

Lo que te garantiza una jubilación sin preocupaciones económicas.  

Así que escucha.

Cada día escribo un email sobre cómo gestionar e invertir mejor tu dinero para que el sistema no te siga tomando el pelo.  

Además de eso, hablo de mentalidad inversora y de la vida. 

Si no quieres perdértelo, suscríbete. Algo aprenderás, o mucho. Quién sabe.  

 

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